miércoles, 10 de octubre de 2012

El nudo en los Cordones (III)

Uno hace daño porque no sabe qué quiere, otro se hace daño a si mismo por no poder renunciar a lo que le hiere y, al final, la dignidad es despreciada en favor de estar con la persona a la que nos apegamos por miedo a ser libres. Nos roba el sueño, la respiración, tenemos ansiedad, estrés y nos cierra el estómago. Nos anula emocionalmente y sólo el dolor es elcanalgésico que desconecta ese zumbido en la cabeza, un dolor tan fuerte que apaga el cerebro.

Miedo a elegir, a ser libre, a afrontar la vida con un solo punto de vista, miedo a amar a nadie más, impotencia de mirarte al espejo roto de tus ilusiones y ver tu sonrisa hecha añicos. Sueños que se escapan por la ventana al no encontrar cabida en un corazón enfermo, amor de quien sabe del tesoro que eres que se congela sobre tu frente como carámbanos, convirtiéndose en una losa difícil de sostener, caricias ajenas que te saben amargas, palabras de aliento que se arremolinan dentro de ti y te apabullan, espiral de aliento que se agolpa en tu garganta y no te deja respirar.


Ojos que lloran mares de agonía, lágrimas que besan tus labios pidiéndote perdón por saberse cómplices de tu pena, siendo semilla de otros llantos que vendrán. Fantasías apagadas, fragmentos de historias sin terminar, todos esos momentos que soñabas y nunca culminaban como querías,  truncados de un cuento de hadas que nunca acabara bien. 

Combates sin manos en los que el vencedor es el que huye y el vencido el que persigue. Yugo de emociones, condena perpetua a los sentimientos más inocentes. 

Sed de amor. Puente flotante al que día tras día le fallan las fuerzas y sabes que no te sostendrá, donde cada paso es un salto de fe en el abismo del miedo, donde volver atrás es renunciar a tu alma, avanzar se antoja imposible, quedarse significa morir de angustia. 

Un fuego que se extingue, tu pasión, recuerdos de una sonrisa sincera que encendía tus pupilas. Un alma borracha de dolor que se ahoga en el mar de tus secretos, un mar de piratas que expolian tu tesoro poco a poco, escondiéndolo y enterrándolo en cada rincón de tus miedos más voraces.

Pero Sol, ay Sol de libertad que amanece en el horizonte...

Playa de arenas finas que acarician tus rodillas heridas. Brisa de esperanza que susurra en tus oídos como el canto de sirena que te hipnotiza. La Luna, que retastó al sol y brilla aun de día para besar tu frente. Agua, salada y transparente, que limpia tus lágrimas. 

Puedes verte entonces, miras al agua, tu reflejo, nunca más truncado, nadie puede quebrar el mar... tu imagen, aun difusa, pero completa. Tus ilusiones, tus sueños, tu fe envuelta en el brillo del espejismo de tus pupilas que, cegadas tras el velo gris de los años, se abren paso para volver a la vida. 

Bocanada de aromas que entra en ti desmadejando sentimientos, poniendo tu mundo del revés, abriendo la puerta a la dulzura de tu voz, como una melodía que te recuerda cada palabra de verdadero amor, de quien siempre te quiso con el corazón, que vuelven a fluir por tu boca diciéndole a aquello que siempre fuiste que has vuelto para nunca marchar de nuevo. 

Ponerte en pie, mirar al cielo, inventar las estrellas una vez más sobre ti, invocar a la noche, dibujar tu nombre en cada constelación y encontrar tu estrella, que sigue ahí, tomarla prestada, besar un sueño, abrir tus alas, volar sin rumbo, pero volar libre.


Explorar nuevos puertos, volver a casa, recuperar tu tesoro, vencer los miedos con la fuerza de un titán, aplastar las dudas con la pasión del volcán que vuelve a bullir en ti. 

Mirar al horizonte, saber que es solo el comienzo, mirar a cada lado, sentir una caricia en tu pelo, saber que es de quien merece estar a tu lado, de quien cuida tu tesoro, ese que eres tú y que solo quiere ver brillar en ti y nada quiere para sí. Esa persona cuyo tesoro brilla más cuando estás cerca, cuando es especial porque te quiere, más que por tener tu amor, quien es feliz por saberte libre al amar, quien no busca más que tu sonrisa cada mañana mas que ofreciéndote la mejor de las suyas. 

Ser feliz, ser libre, tener confianza... ser TÚ.

jueves, 22 de marzo de 2012

El precio de pensar

No hay nada más caro que pensar. Pensar es un cheque en blanco a cuenta de tu presente pues el razonamiento creativo (pensar), necesariamente, modifica en la mente del individuo las variables que lo rodean para alcanzar una nueva situación positivamente estable a través de la resolución de algún tipo de problema. Nada más caro que inventir tu presente en el camino a tu futuro, pues las ilusiones no tienen precio y el riesgo a perderlas no es asumible por ningún individuo. 

No obstante, qué mejor forma de vivir que invirtiendo cada aliento en un futuro mejor, pensar que es posible... "Cogito ergo sum" --Descartes.

viernes, 9 de diciembre de 2011

El Nudo en los Cordones (II)


Ssshhh, silencio…

Y con un dulce susurro, mientras posaba delicadamente su dedo sobre mis labios, dejando una pequeña marca sobre ellos, me hizo olvidar…
Así fue, o así creo que fue como empezó todo este mar de incertidumbre en que se desarrolla mi vida. Puedo pararme por un minuto a pensar el por qué de cada suceso que ocurre a mi alrededor. Puedo meditar durante una hora, un día, podría pasar años analizando cada hecho que tengo la suerte o la desgracia de vivir pero, ¿para qué?, y ¿por qué iba a perder ese valioso tiempo mientras otras cosas podrían estar ocurriéndome? Cosas buenas, cosas increíbles que me estaría perdiendo, sensaciones posiblemente indescriptibles.

Llego a la conclusión de que las cosas ocurren por alguna razón, una razón superior incluso a nuestros propios deseos, a veces incluso superior al sentido común. Casualidad tal vez, quizá cuestión de suerte, ya sea buena o mala según para quién y por qué, tal vez para una persona creyente sea por la mano de Dios, cada uno según su fe o su percepción religiosa. Podría ser también, sin embargo, porque en un plano superior, infinito y abstracto, tiene que ocurrir…

Sea por lo que sea por lo que pasan las cosas, lo que está claro es que cada uno de nosotros nos enfrentamos diariamente a la toma de multitud de decisiones, todas importantes porque marcarán lo que ocurrirá posteriormente en nuestro devenir pero, yo me planteo si a la hora de tomar esas decisiones somos realmente libres, independientes de todo lo que hay a nuestro alrededor y en nosotros mismos. «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo» (Meditaciones del Quijote, 1914) que decía José Ortega y Gasset. Por esto me planteo hasta qué punto podemos desprendernos de las experiencias previas, de los conocimientos y los recuerdos de situaciones que pudieran guardar relación con la decisión a tomar en un momento determinado.
Somos libres, pero también esclavos de los sentimientos y las experiencias. Es por esto que quiero compartir estas líneas porque, a veces, pensamos que no podemos cambiar el rumbo que las decisiones, propias o ajenas, nos vienen marcando a lo largo de la vida. Sin embargo sí somos capaces, podemos hacerlo en la medida en que abramos los ojos hacia el alma y observemos la grandeza y el inmenso privilegio que supone la oportunidad de vivir una vida.

Una vida puede ser larga o corta, puede ser triste o feliz, puedes haber poseído todo cuanto deseaste o puedes haber querido poseer siempre aquello que no estaba a tu alcance. Yo me planteo si realmente tiene sentido disponer de una única oportunidad para experimentarlo, si tiene sentido hablar de la evolución del ser o del pensamiento si cada individuo único se lleva con él cuanto experimentó, cuanto supo y aprendió, cuanto sintió en su vida.

Ps: Os animo a tod@s a ver la película 'Las vidas posibles de Mr. Nobody' como complemento a este post, es una de las películas más inspiradoras que he encontrado.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

El nudo en los Cordones (I)


Se hace difícil dar el primer paso cuando llevas cargadas a la espalda tantas cosas que quieres soltar. Para este primer post he decidido contar algo, que si bien no es nuevo ni probablemente creativo, refleja en gran medida el espíritu de este blog.

¿Conocéis la historia del elefante y la soga? Cuenta que una persona que curioseaba a los animales de un circo vio a un enorme elefante sujeto, únicamente, por una fina soga atada a una pica. Sorprendida, y al mismo tiempo inquietada, preguntó a los responsables de estos animales sobre tal temeridad, pues era evidente que el paquidermo podría liberarse con el más leve deseo de hacerlo. Uno de los responsables del circo respondió, con gran seguridad en sus palabras que, desde que el elefante nace, es atado de esa misma forma a la pica y entonces es más que suficiente para impedir que éste se suelte. Con el paso del tiempo el animal asume que es incapaz de zafarse de la soga y deja de intentarlo, incluso cuando su fuerza ha crecido tanto o más que él. Da por hecho, pese a su fortaleza, que lo que le mantuvo retenido desde pequeño lo seguirá haciendo por siempre.



¿Cuántos lastres somos capaces de cargar? ¿Cuántas sogas podemos clavar al camino mientras lo recorremos?. Tarde o temprano nos impide dar un paso adelante, grilletes hechos de los cordones de nuestros propios zapatos.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El deseo que no nace, que nunca muere

La soga de hilo nace con el deseo de aprender cada día un poco más. Somos habitantes de un mundo de deseos, sueños, frustraciones, preguntas, dudas, respuestas, vidas... Yo quiero que las sogas que nos rodean, aprietan y asfixian a veces, que no son sino simples y frágiles hilos que nos conectan a unos con otros y que nos atan y nos hacen libres al mismo tiempo se conviertan, con la ayuda de todos, en una red de seguridad donde aprender, comunicar, vivir... Bienvenidos.